Algo similar sucede con el sacramento católico de la Reconciliación o Confesión; ésta es un medio para liberar la culpa y buscar reconciliación con Dios.
El sacramento de la confesión en el cristianismo, por ejemplo, permite a los creyentes expresar sus pecados y recibir el perdón divino.
En la actualidad, la psicoterapia ha asumido una función similar. En lugar de confesar pecados a un sacerdote, las personas acuden a psicólogos para hablar sobre sus problemas, miedos y errores, buscando sanación emocional a través de la terapia cognitivo-conductual, psicoanálisis u otros enfoques. El acompañamiento psicológico en las escuelas ha sustituido en muchos casos el apoyo espiritual.
Los orientadores y psicólogos trabajan con los estudiantes para resolver conflictos internos sin recurrir a una dimensión trascendental.
Las religiones tradicionales han enseñado que la vida está guiada por un plan divino y que la fe en Dios proporciona seguridad y dirección. La confianza en la providencia divina ofrecía consuelo ante la incertidumbre y el sufrimiento.
La psicología moderna ha reemplazado esta visión con la teoría de la autoeficacia, propuesta por Albert Bandura, que sostiene que las personas pueden influir en sus propias vidas a través de la confianza en sus capacidades.
En lugar de depender de Dios para encontrar propósito y éxito, hoy se fomenta la autoconfianza y la resiliencia como motores del bienestar personal.
Las religiones han ofrecido la promesa de una vida después de la muerte como el objetivo final del ser humano. En el cristianismo, la vida eterna es el destino para aquellos que han vivido conforme a los mandamientos divinos.
Hoy, la psicología, especialmente con la teoría de la autorrealización de Abraham Maslow, ha trasladado el foco desde la trascendencia a la plenitud en esta vida. Se enseña que la felicidad se alcanza a través del desarrollo personal, la satisfacción de necesidades y la construcción de un propósito en el aquí y el ahora, sin necesidad de una vida más allá de la muerte.
El paso de una cosmovisión religiosa a una psicológica en la educación refleja un cambio en la manera en que la sociedad entiende la naturaleza humana y el desarrollo personal. Si bien la religión ofrecía respuestas basadas en lo trascendental, la psicología ha provisto explicaciones científicas y prácticas para el comportamiento humano, convirtiéndose en el nuevo lenguaje con el que se educa a las generaciones actuales.
Ambas perspectivas tienen valor y pueden coexistir, pero es innegable que la psicología ha desplazado muchas de las funciones que antes eran exclusivas de la religión en la educación y en la sociedad en general.